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FARISEOS EN PARALELO

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FARISEOS EN PARALELO

Para muchos lectores, los términos «fariseo» o «farisaico» tal vez no sean más que un sinónimo de «hipócrita» o de «hipocresía». Sin embargo, si comprendiéramos el origen y la razón de ser de este grupo religioso judío, tal vez nuestro juicio sobre él sería más equilibrado.
Como veremos, nuestro método de historia cíclica nos será de excepcional ayuda para entender en profundidad las claves de esta comunidad religiosa judía.

LOS HASIDIM

La destrucción de Jerusalén y el destierro en Babilonia, marcó un antes y un después en la historia del judaísmo.
Por primera vez desde los tiempos de Moisés, los judíos comenzaron a adorar sin la necesidad de sacerdotes, ni de templos, ni de acudir a un santuario ubicado en un lugar concreto.
La religión comenzó a abandonar el ritual y a centrarse en la oración, el estudio y las obras piadosas.

Al amparo de los profetas, comienza a surgir una nueva clase de religiosos. No es necesario ya pertenecer a un linaje sacerdotal, ni ser «hijo de» para pertenecer a ella: simplemente, basta ser un judío devoto y conocer en profundidad la Ley. Hablamos de los «hasideos» o «asideos», del hebreo «jasidim» (piadosos). Sabemos de su existencia desde el tiempo de Judas Macabeo, a quien en un primer momento apoyaron.

Este grupo surgió por tanto como reacción al proceso de «helenización» de la sociedad judía. Muchos compatriotas se estaban dejando llevar por el modo de vida occidental de sus gobernadores griegos, especialmente los judíos de clase alta. Los hasidim se oponían ferozmente a esta nueva manera de vivir y por eso guardaron con celo las normas de la Ley de Moisés. Recordemos que nos hallamos en torno al 150 a.C.

LOS PERUSHIM

Rondamos ahora el año 130 a.C., y un nuevo grupo surge a la palestra: los «fariseos», del hebreo «perushim» (separados). Muchos concuerdan en que son los herederos de los que antes llamábamos hasidim.
Aunque estos grupos en principio apoyaron a los Macabeos en su revuelta contra los gobernadores griegos, al poco se desilusionaron. Esto fue debido a que, una vez en el poder, los líderes judíos comenzaron a portarse tan indecentemente como los anteriores gobernantes helenos. Los judíos más devotos, no entendían tampoco que un rey pudiera ser al mismo tiempo Sumo Sacerdote, como los paganos gentiles.
El resultado es que efectivamente los más «piadosos», se «separaron» de estos judíos helenizados, soportando una cruel persecución.
Los fariseos, eran ampliamente admirados por el pueblo debido a sus actos de piedad, y acabaron adueñándose de la nueva manera de adorar entorno, no ya del Templo, sino de la sinagoga. En su afán reformista, aceptaron como inspirado por Dios todo el Tanaj (Biblia Hebrea), la Torá o Ley Oral, y la creencia en los ángeles y en la resurrección. Recordemos que otros grupos como los saduceos (relacionados con la casta sacerdotal y el Templo), rechazaban todo esto, y no creían más que en la Torá o Ley Escrita y la vida presente.

Llegando ya al siglo I a.C., hallamos a los fariseos separados, valga la redundancia, en dos grupos.
Unos pertenecían a la «Bet Shamai» o «Escuela de Shamai» (50 a.C.-30 d.C.) que propugnaba una visión más conservadora y rígida de los asuntos religiosos.
Otros en cambio, apoyaban la «Bet Hilel» (la Escuela de Hilel), llamado «el Sabio» o «el Anciano» (70 a.C.-10 a.C.) Este eminente rabino promovía un estilo de judaísmo «progresista» o «liberal» a la hora de explicar la Ley. Puso todo el peso de la interpretación en la moral, la piedad y las buenas obras. Tras la destrucción del Templo en el 70 E.C., fue esta escuela la que prevaleció.
Hilel sería el maestro de Gamaliel y este a su vez, del antes fariseo, apostol cristiano Pablo.

Una anécdota curiosa recoge la diferencia de caracteres entre Hilel y Shamai. Se cuenta que un gentil afirmó que se convertiría al judaismo si se le resumía sus enseñanzas fundamentales «brevemente» (literalmente dijo, «en el tiempo que soy capaz de sostenerse sobre un solo pié»). Mientras Shamai lo rechazó con desprecio, Hilel le dijo: “no hagas a tu prójimo lo que no deseas que te hagan a ti, el resto son todos comentarios, ve y estúdialos”. (Shabat 31a)

La pregunta que ahora nos atañe es ¿tendrán estos personajes y movimientos judíos un paralelo moderno? ¿Qué nos revela nuestro método sobre ellos?

LOS HASIDIM

Justo en paralelo a la rebelión de Judas Macabeo y los «hasidim» contra los griegos, un nuevo judío de similares intenciones aparece en la historia. Se llamaba «Judas he Hasid Segal ha-Levi» (1660-1700). Su sobrenombre nos es familiar: «He Hasid», es decir «el piadoso». Este predicador judío polaco consiguió que unos 1.500 seguidores llamados, como no, «hasidim», realizaran un de las primeras migraciones a Jerusalén (llamadas «aliyah» o «subida»). Fueron ellos los que construyeron la primera gran sinagoga moderna, llamada «Hurva» (Su nombre completo fue «Hurvat Rabbi Yehudah he-Hasid», o «del Rabino Judas el Piadoso»). Se puede leer más sobre estas fechas en nuestro artículo «Los Macabeos del Yemen».

Con el devenir del tiempo, otro movimiento también llamado «hasidim» o «jasidim» acabaría llevando esta denominación hasta nuestros días. En esta ocasión, hablamos del grupo fundado por el rabino Baal Sem Tov, o «Señor del Buen Nombre» (1698-1760). Fue este religioso ucraniano el ideólogo de lo que hoy conocemos como judaísmo jasídico.

LOS PERUSHIM

Del mismo modo que los hasidim, los perushim o fariseos también volvieron a aparecer en la historia a su debido tiempo. Viendo su paralelo moderno, tal vez podamos comprender lo que realmente ocurrió hace unos 2000 años con estos grupos.
Ante el éxito y el cariz místico que tomaron los jasidim tras las reformas de Baal Sem Tov, un número notable de judíos se opuso a ellos. Se les llamó los «mitnagdíes» (oponentes). Su líder se llamó Gaón (1720-1797), y era de Vilna (Lituania), la llamada «Jerusalén del Norte».
¿Cómo se llamó a los seguidores de Gaón? «Perushim», si, exactamente igual que los fariseos de la antigüedad, y surgen exactamente en el mismo momento paralelo de la historia.
Estos modernos fariseos, junto a sus oponentes jasidim forman lo que hoy llamamos judaísmo ultraortodoxo o jaredí (literalmente, «los que temen a Dios»).

Pero si recordamos, de aquel fariseísmo del siglo I a.C. Surgieron dos escuelas principales: la conservadora (Bet Shamai) y la liberal (Bet Hilel). ¿Pasó algo similar en nuestro tiempo?
Si aplicamos nuestro método a las fechas de las vidas de Hilel (70a.C.-10 a.C.) y Shamai (50 a.C.-30 d.C.), obtenemos que sus paralelos vivieron aproximadamente entre el 1780-1850 d.C. (Hilel) y entre 1800-1870 d.C.(Shamai)
Y efectivamente, nuestro Hilel actual se llamará Abraham Geiger (1810 – 1874), el «padre del reformismo moderno». El rabino alemán Geiger fue el ideólogo del llamado «Judaísmo Reformista», «Progresista» o «Liberal». Algunos incluso consideran al antiguo líder de los perushim, Gaon de Vilna, un claro precursor de esta tendencia.
Sin embargo, al mismo tiempo que el Judaísmo Reformista, surgía un movimiento opuesto: el llamado «Judaísmo Conservador». El padre de estos judíos moderados será Zacharias Frankel (1801-1875), un famoso rabino de Bohemia.

Como resultado, la religión judía quedó de nuevo dividida en tres ramas fundamentales: Ortodoxa (y ultraortodoxa o jaredí), Conservadora, y Reformista.
Como hace 2000 años, fue el choque con la cultura occidental, lo que obligó a cambiar a esta religión milenaria. En la Antigüedad, al pensamiento de Occidente se le llamó «helenismo» (etimológicamente, de «antorcha» o «luz brillante»). En la época moderna, los judíos llamaron al influjo cultural occidental «Haskalá» (que significa «ilustración», o «iluminismo», similar a la expresión «Siglo de las Luces».)

Frente a la nueva manera de pensar y la modernidad de Europa, solo les quedó tres formas de actuar: rechazarla, adoptarla, o tomar una posición intermedia. Como antiguamente, y según las encuestas en Estados Unidos, la Reformada es la opción mayoritaria, seguida de la Conservadora y por último la Ortodoxa.

Y para concluir este artículo en concreto, que mejor manera, que citando unos versos del Tanaj o Biblia Hebrea. Aunque se escribieron desde un punto de vista religioso y muy general (distinto al enfoque centífico y concreto de nuestro método),  parecen describir muy bien los ciclos naturales de la historia, en este caso, de la judía:
«Lo que ya ha acontecido volverá a acontecer;
lo que ya se ha hecho se volverá a hacer
¡y no hay nada nuevo bajo el sol!»
«Lo que ahora existe, ya existía;
y lo que ha de existir, existe ya.
Dios hace que la historia se repita».
Eclesiastés 1:9; 3:15 (NBD)

ADNHISTORIADELARTE.COM    JOB FLORES FERNÁNDEZ (C) 2015

LOS MACABEOS DEL YEMEN

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LA ERA SELÉUCIDA
En Occidente, contamos nuestro tiempo desde donde comúnmente se piensa que nació Cristo.
En el Imperio Seléucida (Siria y Babilonia), contaban el tiempo desde el año 311, cuando Seleuco I Nicátor conquistó Babilonia. Las fechas que usan este calendario como base, vienen seguidas de las siglas «SE» o «sel.»

Elias J. Bickerman, en su obra «Notas sobre la cronología parta y seléucida» (1943) da un ejemplo de este calendario al decir: «Por ejemplo, la restauración del templo de Jerusalén por Judas Macabeo , aproximadamente el 15 de diciembre el año 164 aC, cayó en el año 148 de la Era Seléucida según el cálculo judío».

Es fácil realizar las conversiones entre el calendario seleúcida y el occidental, pues se trata solo de sumar o restar 312 años, según proceda. Como hemos visto en el ejemplo de la cita, si al año 148 seleucida le restamos 312 años, nos da el año 164 a. C.

También hemos leído, que este es el calendario que se usa en los libros de los Macabeos para contar el tiempo.
En ese relato se narra la gran persecución de los judíos por parte del rey seléucida Antícoco IV Epífanes. Esta persecución y conversión forzosa de judíos, comenzó el 25 de kislev del año 167 a.C y terminó el 25 de kislev, pero del año 164 a.C. (He hallado tanto las fechas 168-165 a.C como 167-164 a.C para la persecución judía por parte de los seléucidas. El cambio de un año no afecta a lo publicado.)

Aunque el calendario seléucida cayó evidentemente en desuso y hoy solo es una curiosidad histórica, hay todavía un único grupo de personas que lo sigue usando. Según la Enciclopedia Judía, son la comunidad judía del Yemen. Como sus antecesores, los judíos del tiempo de los Macabeos, ellos usan el calendario seléucida.
¿Habrán sufrido como sus ancestros, una persecución religiosa similar?
Sí, la sufrieron, y lo que es mas notable, al mismo tiempo, en el punto exacto en paralelo según nuestro método.

En nuestra cronología particular, los años 167-164 a.C son paralelos con 1677-1680 d.C aproximadamente. Según la «era seléucida», esto serían los años 145-148 SE, y 1989-1992 SE respectivamente.

LOS MACABEOS DE ISRAEL (167-164 a.C./ 145-148 SE)
Leamos en primer lugar el relato de los años 167-164 a. C. o del 145-148 de la era seléucida. En 1 Macabeos 1:54-64 de la Traducción al Lenguaje Actual, leemos:

«El día quince del mes de Quislev, cuando los reyes griegos cumplieron ciento cuarenta y cinco años en el poder, el rey Antíoco construyó un altar en honor del dios Zeus. Mandó construirlo justo encima del altar de las ofrendas quemadas del templo de Jerusalén, y lo mismo hizo en las demás ciudades de Judea. En honor a los dioses de otras naciones muchos israelitas traidores quemaban incienso en las puertas de las casas y en las calles.
Además, cuando los inspectores encontraban una copia de la ley de Dios la rompían y la quemaban. Si un israelita era sorprendido con algún libro de la ley de Dios, o si éste la obedecía, se le condenaba a muerte, pues así lo había ordenado el rey. Los extranjeros que no creían en Dios, aprovechándose de su poder, perseguían constantemente a los israelitas. (…) A pesar de toda la persecución, hubo israelitas valientes que se negaron a comer alimentos impuros. Estos israelitas estaban dispuestos a morir, antes que comer esos alimentos y desobedecer la ley de Dios. Fueron muchos los que murieron. Aquélla fue una época de mucha desgracia para Israel».

En 1 Macabeos 2:29-38 se narra el exilio de muchos judíos al desierto y de como sufrieron la muerte:
«Por esa época, muchos que querían llevar una vida recta de acuerdo con la ley, se iban a vivir al desierto con sus hijos, sus mujeres y sus animales, pues la situación se había hecho intolerable. Entonces se informó a los funcionarios del rey y a las fuerzas militares estacionadas en Jerusalén, la Ciudad de David, que los que habían desobedecido las órdenes del rey se habían ido a esconder en el desierto, y muchos soldados fueron rápidamente en su persecución. Los alcanzaron, tomaron posiciones frente a ellos, se prepararon para atacarlos el día sábado, y les dijeron:
—¡Basta ya! ¡Salgan, obedezcan las órdenes del rey y quedarán con vida!
Ellos respondieron:
—¡Pues no saldremos, ni obedeceremos las órdenes del rey, de profanar el sábado!
Inmediatamente los soldados comenzaron el ataque; pero los israelitas no les respondieron, ni les tiraron una sola piedra, ni fortificaron sus refugios, sino que dijeron: «¡Muramos todos con conciencia limpia! ¡El cielo y la tierra son testigos de que ustedes nos asesinan injustamente!» Así pues, los soldados los atacaron el día sábado, y los israelitas, con sus mujeres y sus hijos y sus animales, murieron. Eran en total unas mil personas».

LOS MACABEOS DEL YEMEN (1677-1680 d.C./1989-1992 SE)

Ahora leamos su paralelo según nuestro método. Algunos descendientes de aquellos judíos emigraron a Yemen. Allí guardaron sus leyes y son la única comunidad que sigue usando su calendario seléucida. Hemos hallado la fecha paralela según nuestro método: estamos en el año 1677-1680 d.C o en el 1989-1992 SE (de la era seleúcida). El Rabbi Amram Qorah, recogió un registro de los sucesos escrito por Rabbi Pinheas en la primera página de un libro de oraciones en 1680. Dice así:

«Ahora voy a informarle, hermanos míos, de lo que nos ha pasado en este tiempo, desde el principio del año 1990 de la Era Seléucida (1678 dC) y en 1991 [del mismo] (1679 dC), el rey emitió un decreto y demolió todas las sinagogas de todas las ciudades de Yemen, y también algunos de los libros y escritos sagrados fueron profanados en la mano de los gentiles, a causa de nuestros grandes iniquidades, por lo que ya no podíamos hacer nuestras oraciones [públicas], excepto sólo un número muy reducido [ de hombres] en secreto dentro de sus casas.
Después, el rey hizo un decreto contra los judíos para expulsarlos al desierto de Mawza’ , mientras que (…) demolieron también sus casas. (…) Así que, por estas cosas, eramos un ofensa entre las naciones, que buscaban continuamente maneras para que cambiemos [de religión] ¡Dios no lo quiera!
Así, todos los exiliados de Yemen se plantaron y dejaron a un lado sus posesiones más queridas y preciosas, como el fin de que el nombre de Dios sea santificado, bendito sea, incluyendo sus campos y sus viñas, y entregados a sí mismos como mártires por el nombre de Dios, bendito sea. Y si uno necesitaba salir al mercado, no podía evitar ser objeto de odio y rencor, mientras que hubo algunos a quienes incluso se le atacó o le llamaban con insultos, por lo que se cumplió en nuestra generación, la Escritura que dice: ¿Quién va a levantar a Jacob, porque él es demasiado pequeño (Amós 7: 2, 5) para cargar todas las aflicciones. (…) Sin embargo, el nombre divino, bendito sea, nos da fuerza para soportar todos esos problemas y tribulaciones de cada día «.

El libro The Jews of Yemen: Studies in Their History and Culture (1999), escrito por Joseph Tobi, hace un detallado informe de estos sucesos. Efectivamente, desde el 26 de septiembre del año 1677 en Yemen salió la orden de cerrar y destruir las sinagogas.
A continuación, y según Necati Alkan, el sultán otomano Mehmet IV ordenó la expulsión de judíos en 1678. Finalmente, los judíos partirían a un exilio en el desierto que comenzó en 1679 y terminó en 1680.

Las fechas entre 1677 y 1680 son exactamente paralelas, según nuestro método, con las fechas del 167 a.C. 164 a.C.
Traducido a la cronología seléucida, los sucesos del 1989-1992 SE son paralelos a los del 145-148 SE.

En el libro 2 de Macabeos capítulo 7, se habla sobre el martirio sufrido por estos judíos que no quisieron renegar de su religión. En concreto de una madre (Hannah) y sus siete hijos, así como de un judío anciano que era el maestro de los jóvenes.
Del mismo modo, estos descendientes de aquellos judíos enfrentaron el martirio por no renegar de su fe en una fecha paralela.

LOS POEMAS DE LA TRISTEZA

En este capítulo del libro de los Macabeos, aparecen diversos poemas sobre la tristeza de los judíos. Igualmente surgió un famoso poeta que vivió el exilio del siglo XVII de esta comunidad judía, llamado Shalom Shabazi. Es el mayor poeta del Yemen, y sus cánticos ayudaron a sobrevivir a una comunidad judía en un exilio de unos dos años y del que dos tercios de su comunidad pereció (piyut.org)

Por ejemplo, en una parte del poema de Macabeos 1:38 leemos:
«Los gobernadores
y los jefes del pueblo
lloraban a gritos».
«Por miedo al enemigo,
los habitantes de Jerusalén
huyeron espantados,
y se fueron de la ciudad
porque se llenó de extranjeros.»
«Los israelitas sufrían mucho
y se sentían muy humillados».

Y en los poemas yemeníes, como los de Salim ben Said, leemos:
«En el día en el que los sacó de sus casas,
sus ojos llovieron lágrimas de sangre» (…)
«(Los gentiles) envían su miedo sobre nosotros,
mientras los jinetes nos afligen» (…)
«Han humillado nuestra religión, y nos han llaman para convertirnos en musulmanes;
incluso al pecado y a profanar la Ley Divina».

JANUCÁ: LA RESTAURACIÓN DEL TEMPLO DESPUÉS DE SU PROFANACIÓN

Como leímos en los Macabeos, el templo fue profanado instalándose sobre él un altar a Zeus en tiempos de Antíoco IV Epífanes («Imagen de Dios»). Este murió en el 164 a.C parándose entonces la persecución y restableciéndose la adoración judía en el Templo.

También el líder yemenita, Al Mahdi Ahmad murió en la fecha paralela de 1681 d.C. Fue él quien destruyó las sinagogas, y especialmente la más importante, la de Saná, colocando sobre ella una mezquita. En una inscripción sobre esta mezquita que se llamó «de los Desterrados» se puso: «Nuestro rey Al-Mahdi, el sol de iluminación, (…) desterró a los judíos de Samá, que son la escoria del mundo, y convirtió su sinagoga en una mezquita para postrarse ante Alá (…)».
Como en tiempos de los Macabeos, en un par de años, a los judíos que quedaban se les dejó volver. Tendrían que vivir en un barrio aparte que ellos mismos construyeron a las afueras de Samá. Allí restablecieron su culto en una nueva sinagoga llamada «AlSheik».

Los judíos del tiempo de los Macabeos, dedicaron la fiesta de ocho días llamada «Janucá» o «Fiestas de las Luces», para conmemorar la restauración tras la persecución. Esta fiesta sigue conmemorándose entre los judíos de todo el mundo.
Los judíos yemenitas siguen también esta costumbre de sus ancestros. Tienen en cambio la particularidad de dedicar el séptimo día de la fiesta para honrar a las mujeres. Lo hacen en alusión a Hannah, mujer judía que sufrió el martirio junto a sus siete hijos, según se narra en el libro de Macabeos.
Otra particularidad son los candelabros especiales de ocho mechas más una usadas para esta fiesta. En Yemen, estas lámparas llamadas «januquiá» son de piedra, y muchos historiadores piensan que así serían las originales que se usaron en la antigua Judea.

Aunque evidentemente existen diferencias entre los sucesos ocurridos a los judíos mártires Macabeos, y los acaecidos a sus descendientes, los judíos mártires del Yemen, el parecido es realmente notable.  Ya sea que empleemos el conteo de años occidental o el seléucida, la historia siempre es cíclica, y se repite  justo a tiempo.

Adnhistoriadelarte.com                                                             JOB FLORES FERNÁNDEZ (C) 2015